jueves, noviembre 01, 2012

Oh

No hagas las cosas más difíciles.

Hay algo que me consume, aquí adentro.
Son recuerdos que se agolpan nuevamente, estímulos que los acarrean.
Te escribo unas líneas, luego de que me llamas cobarde y me buscas.
Respondes con un tema, donde tácitamente me dices que fui un buen viaje,
pero que estás harto y ya no quieres seguir intentándolo, que no te haga las cosas más difíciles,
me preguntas por qué, por qué, por qué.

No me digas lo siento, no me lo digas así, porque me duele,
me duele, me hiere.
Fui clara, ya dije que no podría volver a tu lado,
recuerdo haber sido clara.

Ahora por qué me dices que las cosas son así.
Me duele sentir esto, maldita sea,
aún te extraño, aún tengo sentimientos hacia ti.
Pero ya comprendí hace tiempo atrás, esto no puede ser.

Tendré que quedarme con los recuerdos del loco, del desequilibrado,
del imperfecto que era perfectamente imperfecto para mí.
Tu sonrisa cómplice, tus teorías hilvanadas al viento, tus besos de tarde noche,
las huidas al sin fin.
Los días, meses, años que pasé junto a ti.
Esa felicidad momentánea que me generabas,
añoro esos momentos de falsas ilusiones.